La Parvo se encuentra en todo el mundo, es una enfermedad muy contagiosa que ataca el tracto intestinal, las células blancas de la sangre, y a veces al corazón. Se propaga a través del contacto con las heces de perros infectados y se puede llevar en los zapatos, jaulas, equipos, en el cabello o los pies de los perros infectados. Un perro infectado podría transmitir el virus en masa, a cientos de perros sin protección en: Parques, residencias caninas, ferias, exposiciones caninas o cualquier otro lugar donde se congregan otros perros.
El moquillo se desarrolla durante un curso de unos días desde que se demuestran los primeros síntomas, pero el parvovirus puede abrumar a un perro en los primeros síntomas y causar la muerte en 48-72 horas después de los primeros síntomas.
Los síntomas de La Parvo aparecen de cinco a siete días después de la exposición e incluyen: la depresión, pérdida de apetito, vómitos y diarrea severa. Las heces son generalmente de color gris claro o amarillo grisáceo y puede estar manchada de sangre. Los cachorros menores de seis meses son los más susceptibles a la enfermedad. Si el virus ataca el corazón, los cachorros pueden morir en cuestión de horas o vivir por unas semanas o meses.
Al igual que con el moquillo, no existe un tratamiento que mata el virus. El tratamiento de soporte consiste en: reponer los líquidos perdidos en la diarrea y los vómitos, mantener el perro caliente, llevar un control de vómitos y diarreas, y la dosificación de antibióticos para prevenir la infección secundaria.
Debido a que el parvovirus puede vivir durante meses en una zona infectada, una limpieza a fondo de todas las superficies es fundamental.
La vacunación contra “La Parvo” ha reducido drásticamente la incidencia de esta enfermedad.
Ante cualquier duda consulte con su médico veterinario.